El lenguajes y los sonidos de las campanas se volvieron a dar cita en Vierna en el XVIII encuentro de tocadores de campanas

En una época en la que quien más quien menos porta un teléfono “inteligente” en su mano y en la que, casi todos, estamos conectados a casi todo al instante, no es fácil imaginar un tiempo, no demasiado lejano, por cierto, en el que el sonar de las campanas de los pueblos era una forma de comunicar cosas, una manera de lanzar mensajes. A los más jóvenes, sobre todo, conviene recordárselo. Porque esto les puede sonar a cuentos de otras épocas, como aquel que ha oído campanas y no sabe donde. Y nunca mejor dicho. Y las tradiciones no han de perderse. Por eso, nunca está de más reivindicar el lenguaje de las campanas como una forma de comunicación entre las gentes. Y ese es uno de los grandes objetivos del encuentro de tocadores de campanas que el pasado fin de semana reunió en San Bartolomé de Meruelo, en Vierna, a varios centenares de personas. Y también honrar a todos los que tocaron y siguen tocando las campanas. Se trataba de la XVIII edición de este encuentro nacional que aboga por la cultura, la música y la tradición. Y es que Meruelo se ha convertido, por derecho propio, tras dieciocho encuentros semejantes a sus espaldas, en un lugar de referencia para todas aquellas personas amantes de las campanas, de sus sonidos y de su lenguaje. Personas que llegan desde diferentes puntos del país. A lo largo de todos estos años han pasado por Vierna campaneros y campaneras de todo el territorio nacional, interpretando sus toques, compartiendo su cultura, aportando los diferentes matices que hay en cada comunidad de los distintos toques de campanas, creando redes, compartiendo inquietudes…

Una vez más, la finca de los hermanos Portilla fue el escenario de este encuentro en el que volvimos a recordar que las campanas servían antaño para comunicar a las personas. Como cuando sonaba el “repique” y se anunciaba un día de fiesta. O cómo cuando se escuchaba el toque “a difunto” que nos adelantaba una mala nueva. O cómo cuando se querían espantar lar tormentas para preservar las cosechas y la gente se encomendaba al “tentenublo”. O la llamada a fuego que alertaba de que algún incendio acechaba el pueblo…

Este encuentro de campaneros se enmarcaba, un año más, entre los actos organizados por el Ayuntamiento de Meruelo para celebrar las Fiestas de San Bartolomé, en Vierna. Y estuvo acompañado por un sinfín de actividades.