El Barrio de Vierna es uno de los 23 barrios que históricamente han formado el Valle de Meruelo pero tenía unas características singulares:
- la formación de una parroquia propia y de una “casa de Ayuntamientos” propias en el barrio,
- el dominio de la Orden de San Juan sobre el coto de Vierna desde la torre señorial,
- las “casonas” que denotan el establecimiento en el barrio de las principales familias de todo el Valle,
- y finalmente, la significación cultural de la cantería al estar construidas por antiguos maestros canteros de reconocido prestigioso nacional.
Este barrio, ya en nuestra época, presentaba algunos edificios aparentemente abandonados, lo que producía un grave deterioro no sólo del entorno sino para la conservación de nuestra historia y patrimonio.
Razón por la cuál, desde el Ayuntamiento, se impulsó un proyecto de conservación y restauración de todas las casas y vías públicas del barrio, al considerar que todo este entorno debía preservarse como bien cultural digno de su conservación, contribuyendo de este modo a resaltar el valor histórico del barrio.
Este proyecto de conservación se centró principalmente en 4 líneas:
- Limpieza del entorno inmediato de los edificios y calles.
- Conservación de los edificios tradicionales que responden a la arquitectura local.
- Conservación de los espacios y usos de relación vecinal (iglesia, escuela, bolera de pasabolo-losa).
- Modificación de los elementos no acordes con el carácter del barrio: soterramiento de los cables, eliminación de las columnas, reubicación del alumbrado público, ocultamiento de contenedores y antenas y sustitución del amueblamiento público.
Casona de Marcos de Vierna
De esta casa se conservaba únicamente la cerca que delimitaba la corralada, obra en mampostería jalonada de cubos, la portada de ingreso al solar y la caballeriza.
La Casona sufrió un incendió en la que quedó destruida en su totalidad salvo una parte del muro con una pequeña torre y el escudo de armas de la familia. Por lo que su reconstrucción fue imposible, se pudieron rehabilitar las cuadras y las caballerizas así como el muro y la torre.
Ya en el año 1550 se documenta como señor de esta casa a Pedro Gutiérrez de Vierna y a ella perteneció el último de los grandes maestros canteros trasmeranos, Marcos de Vierna, la personalidad histórica más importante del barrio.
Los actuales herederos, la familia Portilla ha reconstruido el antiguo taller de fundición que utilizaron sus antepasados para la realización de campanas.
FUNDICIÓN ABEL PORTILLA
Casona de Pellón
Cerca de la iglesia parroquial se halla situada la Casa de Pellón, datada en 1788, en un documento que se indicaba que la piedra de la ruina de la ferrería de Las Bárcenas fue empleada para construir esta casa.
Perteneció a un maestro cantero importante de la época, Francisco Fernández Pellón y destacada por ser de tres plantas, cosa rara en la época y con un estilo propio de toda Trasmiera de mediados del siglo XVIII. Su elemento más característico es el empleo del balcón volado sobre ménsula corrida por encima del arco de entrada principal.
Recientemente se ha convertido en una casona rural y posada.
Casas en hilera
En el sitio de Cantarranas hay un grupo de casas en hilera que llegan a formar una calle, constituyendo el núcleo compacto del barrio.
Se trata de cuatro casas de dos plantas del siglo XVIII, otro edificio cuyo destino original se desconoce y otra casa mas moderna.
Para ello se reformó el tejado y las fachadas, cambiando las carpintería exterior tanto en ventanas como en puertas. Así mismo, se eliminaron los elementos no acordes con la tipología y estructura de los edificios.
Colgadizo
Hacía referencia a una edificación accesoria de dos plantas que utiliza la planta superior para almacenar la hierba y el grano y la inferior como caballeriza y almacén de aperos de labranza.
Este edificio testimonia el tipo de actividad agrícola desarrollado tradicionalmente en el barrio.
Rehabilitación del entorno
Para dar una visión global de restauración al núcleo del Barrio de Vierna se eliminó el antiguo pavimento de tierra y gravilla de la vía siendo sustituido por un material mas adaptado con el entorno.
Además se soterró el cableado eléctrico y telefónico que anteriormente estaba sujeto a los muros de los edificios.
Por último se han colocado nuevas luminarias estéticamente mas propias de la época.
