Tradición campanera

FUNDIDORES

En cuanto a la historia campanera de nuestro valle, se sabe que desde el siglo XIV aparecen por diversos lugares de España fundidores de artillería y de campanas con apellidos toponímicos procedentes de Siete Villas.

De todos es sabido que los antiguos maestros de fundir campanas también eran los que se ocupaban de fundir la artillería. En efecto, en Meruelo está constatada la existencia de tres ferrerías desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, la Ferrería de las Bergazas perteneciente al Condestable de Castilla, la de las Bárcenas, propiedad del Marqués de Velasco y la de Güemes.

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Desde el Antiguo Régimen es conocido un apellido totalmente foráneo en Trasmiera, el apellido Simón, que ha pervivido hasta el sigo XIX, y que dio numerosos artífices, entre ellos destacados fundidores de campanas.

Y desde principios del siglo XV estaba instalado otro linaje en Meruelo relacionado con las ferrerías, el de Vierna, al que llegaron desde el Real Valle de Guriezo, atraídos por esta actividad de las fundiciones de hierro, cuyos descendientes actuales cuentan veinticuatro generaciones seguidas residiendo en este Valle de Meruelo. Ver libro publicado sobre la familia.

Este arte se extendió a finales del siglo XVI, aunque tímidamente, por las Juntas de Cesto, Cudeyo y Ribamontán, para ya en el siglo XVIII volver a sus orígenes y quedar este trabajo en manos de artistas de Siete Villas.

Hay documentados más de 900 campaneros procedentes de Siete Villas, de los cuáles sobre 200 eran nacidos en Meruelo, que ejercieron su arte por toda la Península Ibérica, incluso Portugal, el Sur de Francia y la América española.

Es de destacar que en 1753 una cuarta parte de los vecinos se dedicaban al viejo arte de “fundir metales y reducirlos a campanas”, convirtiéndose en la zona más importante de Europa y destacando por sus aportaciones.

El que tal número de artistas se dedicasen simultáneamente a la fundición de campanas, y en un territorio tan reducido, es una concentración única en la Europa de mediados del siglo XVIII.

Esta actividad de fundición de campanas tuvo diversos repuntes de su actividad a través de la historia, entre ellos destacaremos dos:

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Las tropas napoleónicas que invadieron España a principios del siglo XIX , consideraban las campanas como botín de guerra, por lo que en el transcurso de la Guerra de la Independencia (1808-1814) desaparecieron numerosos ejemplares.

Una vez acabada aquella nefasta contienda hubo que reponer las que desaparecieron, lo que hizo florecer muy intensamente el arte de la fundición.

GUERRA CIVIL

Parecida situación se planteó a resultas de la última Guerra Civil (1936-1939), cuando a su finalización brotaron numerosos obradores en Siete Villas.

Es el último arte de los oficios propios de las Siete Villas que aún se conserva en el municipio gracias a los maestros fundidores hermanos Portilla Bedia

Son de los últimos maestros fundidores oriundos de Siete Villas que siguen ejerciendo el viejo arte de fabricar campanas, siguiendo el método artesano, cuyo conocimiento se ha trasmitido a través de las nueve generaciones de las que se tiene conocimiento. 

Esta familia ha reconstruido el antiguo taller de fundición familiar en el cuál se puede realizar todo el proceso de construcción de una campana artesanalmente como en el Medievo, además de observar cómo se trabajan los metales y un sin fin de procesos artesanales del oficio de campanero.

FUNDICIÓN ABEL PORTILLA

El Ayuntamiento de Meruelo no quiere que se pierda esta tradición e intenta que su recuerdo siga vivo. Para ello, ha creado un Museo de la Campana en San Mamés de Meruelo y ha publicado varios libros que recogen la historia de este oficio y a sus principales maestros.

MUSEO DE LA CAMPANA