A lo largo de la Edad Media, el Valle de Meruelo se convierte en zona de paso de los devotos peregrinos gracias a la existencia de una antigua vía romana reaprovechada para su usos en los siglos medievales, que atravesaba el valle desde el Santuario de los Remedios hasta el hospital de la Magdalena.
El Santuario se encontraba en un espeso bosque y constaba de una ermita y una casa hospedería, en la que se daba refugio y cuidados tanto para curar y proteger del vandalismo a los peregrinos como durante épocas de guerra para aliviar a los soldados.
Los peregrinos al llegar a Laredo en ocasiones pasaban la barca que unía a esta población con la Villa de Puerto de Santoña, e iban haciendo diversas etapas pernoctando en los hospitales de las Siete Villas, siendo uno de los mas importante el Hospital de la Magdalena de Meruelo, para desde allí dirigirse hasta Somo donde tomaban la barca hasta la Villa de Santander.
Los primeros testimonios conocidos del hospital de la Magdalena son de 1626. Se sabe que allí fueron asistidos multitud de peregrinos hasta el año 1808 cuando el edificio quedó en propiedad del Concejo de Meruelo, en cumplimiento de Reales Ordenes, por lo que se procedió a subastar los bienes del hospital, que pasó a manos de Don Fernando de Vierna.
Años después pasó a servir como hospital de guerra y posteriormente como cementerio hasta 1836 mientras se construía el de San Miguel de Meruelo.
Ruinas de lo que fue el Hospital de la Magdalena
Debido a los numerosos naufragios, otros peregrinos una vez llegados a Meruelo optaban por otras vías: muchos tomaban el camino desde la Iglesia de San Mamés a Beranga, Praves, Anero, etc hasta el hospital de Santiago de la Villa de Santander, por la vía romana.
Otros optaban por un camino alternativo que les llevaba a transitar por un espeso y pindio bosque donde se encontraba un barrio que tenía una Ermita dedicada a San Bartolomé en Vierna, y en el que los templarios y posteriormente, la orden de San Juan de Malta tenían una ciudad o ciudadela que era una fortificación donde estos caballeros hospitalarios tenían una guarnición que protegía a los peregrinos.
En la actualidad, es frecuente el paso de peregrinos por el Valle de Meruelo.